
En pleno dìa del amor, en Quito parecía màs importante el debate entre Rodas y Barrera. Todo el mundo lo comentaba. Muchos que iban a votar por Rodas, ahora estaban indecisos… pero lo peor, muchos otros creen ahora que votar por Barrera es votar por Rafael… ¡Puta madre, si Rafael no se ha lanzado para nada! Aunque si me lo preguntan, yo quisiera votar por Rafael para alcalde de Quito… chuta, si eso hizo en las carreteras del país, no me quiero ni imaginar lo linda que quedarìa mi ciudad sin un solo hueco…
En pleno dìa del amor, los publicistas, que son (somos) una sofisticada y elegante evolución de los buitres, nos lucíamos con mensajes cursis como “… si en verdad lo amas, déjaselo saber comprándole un …” Puta, como que la gente es estúpida. ¡No seas imbécil!, si en realidad le amas, NO LE COMPRES NADA… no vaya a ser que relacione las dos cosas y en época de “vacas flacas” te vaya botando aduciendo que “dejaste de amarle”.
En pleno dìa del amor perdía su trabajo una camarera de uno de los moteles màs conocidos en Quito. El asunto es que se enfermò y pidió permiso. La jefa le dijo que solo en dos fechas, donde habían “llenos totales” no podìa faltar: en el dìa del amor y en el dìa de la secretaria, caso contrario, que vea no màs otro “camellito”.
Nos vamos para la mierda. Los guambras están convencidos de que aprenderse las de Calle 13 les hace revolucionarios. Pero lo màs triste, las masas están convenciéndose de que “todo están bien”.
Como ves, solo fue un ejercicio literario... no propongo nada esta vez.