martes, 19 de julio de 2016

Consejos para saber por quién votar… desde el ojo de un ciudadano sin PHD.

Por Matías Dávila.

Por mi carisma, supongo, algunas veces tuve la oportunidad de ser el presidente de mi curso durante mi vida estudiantil. Guardando las respectivas distancias con Carondelet, ¡yo si se lo que se siente ser el presidente!

El éxito de mis “gobiernos”, fue que se me dejaba claro que SOLO representaba a mis compañeros, nada más. No tenía puntos extras, ni sueldo, ni menos horas de estudios, ni silla especial, ni nadie tenía que respetar la “majestad” de mi cargo, ni ninguna otra cosa que me pusiera a mi sobre ninguno de mis compañeros.

Por eso para mi la representatividad con sueldos de entre 16 y 18 veces el salario mínimo vital, como tienen los asambleístas y los altos cargos del gobierno es una locura.

En mi curso yo velaba por el bienestar de mis compañeros porque era uno más; porque su bienestar era también el mío. Cuando tienes un auto que no respeta los semáforos y va con escoltas para evitar el tráfico, obviamente te desentiendes del problema de la movilidad. ¿Por qué?, porque ya no te duele; porque ya no es contigo.

Cuando te atiendes en un hospital privado (ojo, al que tienes pleno derecho), y dejas de atenderte en el hospital público donde te dan una cita para de aquí en cuatro meses, te desentiendes del problema. Ya no es prioritario para ti el tema de la salud pública, porque no son tus hijos los que se están muriendo por falta de recursos, sino los hijos de los otros… esos “otros” que ni conoces, es decir, esos “otros” que no te duelen.

Por eso hoy yo planteo, en mi simpleza de ciudadano sin PHD, que votemos por el candidato que nos ofrezca 4 cosas. Cuatro cosas que para los académicos y los analistas políticos serán una irrelevancia pero para ti, amigo que me lees o escuchas, y para muchos más, tienen arto sentido.

1. Votemos por el candidato que renuncie a su sueldo de 16 ó 18 veces el sueldo mínimo vital y, como en otros países (porque no me estoy inventando nada), esté dispuesto a cobrar como asambleísta solo una dieta de 1400, es decir 4 veces el sueldo básico.

2. Votemos por el candidato que se comprometa, Él y su familia directa, a utilizar durante su mandato los servicios públicos de salud, sin privilegio alguno. Es decir, como cualquiera de nosotros.

3. Votemos por el candidato que se comprometa a tener a sus hijos dentro de los sistemas públicos de educación durante su mandato. Que ellos sean compañeros de los “hijos del pueblo”, de ese pueblo que Él dice representar.

4. Votemos por el candidato que se comprometa durante su mandato, a transportarse como nos transportamos nosotros, en los sistemas públicos de transporte. Si su ejercicio es bueno, nosotros seremos sus guardaespaldas.

Bobadas, aparentemente, pero sumamente importantes para quienes vemos que llegar al poder en el Ecuador, es un rentable negocio que hace ricos más ricos, y pobres más pobres.
Matías Dávila 2010, Todos los derechos reservados. Quito - Ecuador - Suramérica