jueves, 18 de febrero de 2010

¿Me sientes aun?


¿Acaso sientes mis confusiones y mis malestares rondándote las esquinas? ¿Sientes mis interpretaciones y mi brújula a medio calibrar indicándome las cumbres que nunca debí subir? ¿Sientes mi pesadumbre y mis nostalgias haciéndote peso en el auto? ¿Sientes mi paroxismo por las cosas en las que fallaste? ¿Sientes mis cuestas empinadas y mis curvas con neblina como cortejan tu atención a gritos? ¿Me sientes, realmente me sientes como dices que me sientes? ¿Sientes como encallan mis barcos en tus playas? ¿Sientes como te llamo y sientes como me contestan los ecos enfurecidos? ¿Sientes mis ridiculeces amargándote las ocurrencias? ¿Sientes mi respiración torpe sobre tu cuello en un lastimero esfuerzo por excitarte? ¿Sientes mis labios mojados de lágrimas? ¿Sientes la voz que se calla con los silencios de tus “casualidades”?
¿Estás segura que es a mí al que sientes?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Saulo Ariel, ¡cómo no publicarte!


Esta es la carta de Saulo Ariel al blog. Me place mucho publicarla.

Hace algún tiempo alguien me dijo: Por qué preocuparse por los problemas que no tienen solución.
Otro día, alguien mencionaba que los problemas que no tienen solución en realidad no son problemas.
Frente a tal sentencia alguien contragolpeó diciendo que: los problemas que no tienen solución no son problemas sino catástrofes.
Quizá cada cosa es del color del vidrio con el que se lo ve...quizá.
En cualquier caso, a veces quiero creer que mi depresión efímera o relativamente periódica es la prueba evidente de que aún sigo vivo y de que vale la pena seguir viviendo.

Por cierto, gracias por el post.
Matías Dávila 2010, Todos los derechos reservados. Quito - Ecuador - Suramérica