lunes, 16 de mayo de 2011

Ser prostituta y narcotraficante ahora resulta que es una legítima aspiración


Los medios de comunicación protestan porque el gobierno quiere normar sus contenidos. Dicen que eso es “atentar” contra la libertad de expresión. ¿Cuál? ¿La que permite que Ecuavisa pase una novela mexicana donde la “heroína” es una narcotraficante? ¿O la insistencia de Teleamazonas con pasar novelas colombianas que tocan la misma temática? Parecería que los propietarios de los medios de comunicación creen que todos somos idiotas.

Joseph Goebbels era ministro de propaganda de la Alemania Nacional Socialista (la de Hitler). Sabía que una mentira dicha cien veces se convierte en una verdad. ¿Hasta dónde vamos a permitir los televidentes, que los canales nos inunden de basura? Lo que les invito a ver es cómo es que estas “mega corporaciones” defienden su verdadero “derecho”: el de enriquecerse cueste lo que cueste. Cuando se presentan este tipo de reclamos, ellos dicen que “nadie obliga a nadie a ver un determinado programa”… Eso es verdad. Me lleva a pensar que yo puedo salir desnudo a trotar por mi condominio y que si alguien me reclama puedo decir en mi defensa: “nadie le obliga a verme, vire la cara, total, hay un sinnúmero de lugares diferentes a los que usted puede mirar.” Pero, ¿por qué ahí si es diferente? Sencillo, porque ellos tienen relaciones con las más altas esferas del poder económico y político y yo no.

América Vive, que transmite Ecuavisa, anunció que HBO, la “prestigiosa” cadena estadounidense, empezará a rodar un reality show solo para prostitutas: “Cathouse”. Las hijas y nietas de los señores dueños de los canales de televisión, tal vez no deseen ser parte de este reality, pero qué me dice usted de la adolescente bonita que vive soñando tener todo lo que le vende la publicidad por tratar de “pertenecer” a algo. (Por si acaso de estas chicas hay muchísimas, le digo yo que he trabajado con adolescentes desde hace más de 15 años). ¡Responsabilidad, exigimos de los medios CORRESPONSABILIDAD! Son estos mismos medios los que en sus noticieros se escandalizan por salvajes crímenes y excesos de los jóvenes, sin darse cuenta, o pretendiendo que no se dan cuenta, que son ellos los que propician ciertos comportamientos nocivos.

Cuando yo era niño quería ser detective, superhéroe o ingeniero civil. Ahora me imagino que los niños quieren ser narcos y prostitutas. Unos lanzas piedras cada vez que pueden; otros construyen con esas piedras cada vez que deben. Esa es la diferencia.
Matías Dávila 2010, Todos los derechos reservados. Quito - Ecuador - Suramérica