miércoles, 10 de febrero de 2010

¡Este es tu veredicto!


Acógete al derecho que tienes de ser feliz y a la obligación de hacer felices a los demás. Acógete al veredicto de la vida de crear y fortalecer lo que ya está creado. Haz el bien y los remordimientos se disolverán en las turbias aguas del olvido. Acógete a mirar crecer a los que amas sin entorpecer sus propios procesos. Acuérdate que cada experiencia es una huella digital: nada es igual a nada, todo es único. Por eso el vacío de una vida que se perdió, no se soluciona trayendo otro hijo al mundo. Por eso una infidelidad no se soluciona ni se mitiga con otra. Por eso el vaso de agua que tomaste hoy ya jamás lo podrás volver a tomar… por eso.

Hoy eres el maestro y el alumno al mismo tiempo. Eres la derecha y la izquierda. Eres el negro y el blanco del mismo lienzo por más que las torpezas del consumismo te obliguen a definirte para venderte algo nuevo. Eres el norte y el sur del mismo mapa. La sal y el azúcar de la misma receta. Eres lo que nadie más es. Eres un milagro que reclama enojado a gritos por serlo. Eres la inconformidad de la belleza. Acógete a ser tu y solo tu quién finalmente tome las decisiones. Hoy eres la parquedad y la locura desenfrenada. Eres el celibato y el sexo sin mesuras. Eres la circunferencia que empieza y termina en ti. Todo lo demás, léelo bien, todo lo demás gira en torno a ti y es, si lo permites ser… no más.

Esta masturbación sicológica eyaculó el más hermoso de los orgasmos: yo mismo. Por eso te invito a descubrirte en el diván del silencio y la soledad. Pregúntate, contéstate, enójate, ríete, recuérdate… vívete al máximo si quieres poder compartir tu vida. No podrás dar nada de lo que no tengas. Por eso es la urgencia de ser. Por eso es mi premura de hablarte aunque no te conozca. ¿Coincidencias? No, procesos universales maravillosos que ni tu ni yo entendemos. Ahora que ya te dije lo que debí, me quedo con la satisfacción de haberte tocado con la yema de los dedos.

martes, 9 de febrero de 2010

De Pinocho y la Cicciolina





Cuando me fui de mi para ver si me encontraba, como narré anteriormente, no esperaba encontrarme con lo que me encontré. Recuerdo cuando era niño y vi una película que me cambió la vida: fue en la que Superman se hace malo y termina peleando con él mismo… como cuando uno se emborracha. Para los niños “normales” fue una más, tal vez. Para mi que la vida siempre fue una complicación voluntaria, la película encerraba una pregunta que me taladró la infancia: ¿tenemos un “malo” dentro de cada uno? El Apóstol Pablo dice que nuestra naturaleza es pecaminosa (con inclinación hacia el pecado) y Hermann Hesse, el escritor alemán y premio Nobel en literatura, que dista mucho del Apóstol Pablo, escribió una obra que leí obligatoriamente en la universidad que se titulaba “El Lobo Estepario” (1927), que ratificó mi apreciación sobre los postulados filosófico – teológicos de Superman.

Todos tenemos un malo que, como es de imaginarse, hace y propone cosas malas. Luchamos con él todo el tiempo. La religión occidental lo etiquetó como el Diablo: el gran alcahuete. El budismo, a mi juicio más lógico y humano, lo hace ver como “nuestro”. Es decir, así como habita el bien, es de imaginarse que habitará también el mal. La lucha es contra esta naturaleza humana y nuestra y no contra un tercero. Pero sea como sea, ahí está.

Me estoy encontrando con este “lobo de la estepa” que come a costa de la felicidad del resto. Pero lo más cruel, es que veo en los que antes imaginaba como presas débiles, a terribles depredadores mentirosos y oportunistas que su “camuflaje” humano no deja ni siquiera suponer. Veo estrategas despiadados (as) donde antes veía víctimas. Por eso, para ese sencillo descubrimiento, es que he hecho este artículo que he titulado como Pinocho y Cicciolina… al buen entendedor, pocas palabras.

Carta de un Lector


Me da muchísimo gusto publicar esto. Es la carta de un lector de este blog que se identifica como Saulo Ariel. Sus preguntas son muy válidas y por válidas publicables. Se refiere al artículo MIS ENEMIGOS que está debajo de este. Con su permiso:

"Interesantes reflexiones Don Matías.
En efecto, algunos de nuestros recuerdos, percepciones, intereses, afectos, tabúes y prejuicios, etc., son nuestro peores enemigos.
Pero, de tus reflexiones matiasianas me surgen algunas preguntas: ¿cuál es tu verdad, con la cual pretendes enfrentar tus demonios? ¿Aquella "verdad", acaso, es tu felicidad y la consecución de tus intereses presentes y futuros? Pero, ¿son tus intereses verídicos y válidos o simplemente el fruto de imposiciones que eres incapaz de percibir o enfrentar, debido a tu inestabilidad?
Señalas que renuncias al odio y haces bien, pues como dice el chavo del ocho : "el odio no es bueno, mata el alma y la envenena". Y si lo dijo Chespirito por algo será.
Pero, hablas de postergar la venganza infinitamente hasta que según tú, se pierda en el pasado. Pero Don Matías olvidas que la venganza del mañana, será mañana la venganza de hoy, y ésta a su vez será el odio de mañana, y así "sustantivamente", como diría el chavo. "

lunes, 8 de febrero de 2010

Yo quiero saber…




Si, admiro mucho al presidente Correa y no es una cosa que escondo. No es menos cierto que discrepo ampliamente con su polarización también. Admiro a Nebot, pude conocerlo personalmente cuando era candidato a la presidencia. Pero no creo que el problema del país esté en quién de los dos sea más popular. Tal vez ese sea el problema en un colegio particular entre la reina del carnaval y la capitana de las “Chir liders”, pero en mi país, en el continente y en el mundo, hay problemas más complejos que requieren de otro enfoque en las agendas.

Quiero saber “morochamente” qué va a pasar con el Yasuní. Me gustaría saber si cambiar a Roque Sevilla por Freddy Elhers será mejor. A mi juicio no era un tema de nombres sino de resultados y, corríjanme si estoy mal, pero Roque Sevilla los consiguió.

Quiero saber por qué con tanta investigación de mercado y sondeo no se ha analizado seriamente la posibilidad de educar, como un plan estratégico, a la población en solidaridad. Más allá del romanticismo, miren, no hubiésemos necesitado cortes de energía si colaborábamos todos. Por ejemplo, si todas las familias hubiésemos acordado apagando UN SOLO FOCO, en Quito habríamos tenido 500 mil focos menos. No necesitaríamos más armas en las calles si la seguridad fuera un asunto de corresponsabilidad, está comprobado que en sectores donde se lincha a los delincuentes, estos tienen miedo de ir. Sin querer decir con esto que deberíamos lincharlos, parto de una premisa simple: la unión hace la fuerza. Muchos problemas tienen un origen en el individualismo. Un estadista ve en esta “guerra” una excelente oportunidad a largo plazo. Pero la pregunta es: ¿están dispuestos Nebot y Correa a planificar estratégicamente a largo plazo?

Quiero saber si realmente los ciudadanos tenemos poder y cómo ejercerlo fuera de la retórica. Qué debemos hacer para que nuestras agendas sean vistas como prioritarias y no las que nos imponen las coyunturas o los medios de comunicación.

Quiero saber si los gobiernos locales y seccionales ven al ecuatoriano como lo más importante o como parte de un contexto general. Parecería que lo vieran en contexto, así se explica la priorización de extraer petróleo, de la minería en espacio abierto, de la ridiculización a la propuesta ambiental como “ecologismo infantil”, del estricto derecho de admisión en el Malecón de Guayaquil, etc. Cuando el Ser Humano es lo más importante, todo gira en torno a la vida, al bienestar y a la democratización de oportunidades. No veo eso en las políticas generales de Correa o Nebot. Aunque debo aclarar que en el Oriente ecuatoriano, la obra del gobierno de Correa ha superado 2 a 1 la expectativa de la gente y hay un sinnúmero de familias beneficiadas por puentes, escuelas y centros de salud. Aplaudo eso, pero me gustaría saber si en el resto del Ecuador las cosas son iguales.

Quiero saber si la corrupción tiene alguna posibilidad, por remota que sea, de desaparecer con nuevas leyes, nuevos funcionarios y nuevos procesos. No lo he podido ver en “compras públicas” donde he escuchado ya varios testimonios de proveedores favorecidos con precios más altos y peor calidad. ¿Será que cambió el proceso pero los resultados son los mismos? Quiero saber si la información de Compras Públicas se “encripta” y solo se la puede ver al final. Quiero saber si los comités que escogen la mejor propuesta lo siguen haciendo a dedo o con la mejor oferta. Quiero saber si cuando el comité abre las propuestas tiene el nombre del oferente o solo un número de oferta que le impida tomar partido por su “amigo” del que seguramente comisionará. Quiero saber en el caso de las ambulancias del Ministerio de Salud, ¿qué realmente pasó? ¿Acaso puedo ofertar también yo una ambulancia si tengo los contactos con fabricantes de carrocerías que transformen una furgoneta cualquiera en una enfermería móvil?

Quiero saber si la simpleza de mis preguntas se confronta con la complejidad de las formas que dibuja la política para esconder sus intenciones.
Matías Dávila 2010, Todos los derechos reservados. Quito - Ecuador - Suramérica